Es indudable que en el día de nuestro trabajo nos encontramos ante un mal muy común y a veces difícil de combatir: los rumores.
Anoche cenaba en casa de un colega con el que compartí más de diez años de vida profesional, muchas alegrías, algunas penas y con el que un giro del destino nos impidió poder profundizar más el uno en el otro.
Este colega es el “culpable” de que en su día me entrara el gusanillo de la lectura de diferentes libros de “management”, “gestión de crisis” y “psicología de las organizaciones”
Justo al acabar la velada, Jaime lo volvió a hacer, me dejó entrever un libro para llamar mi atención “Virus” de Ferran Ramon Cortés
El enfoque del libro es interesante. Combina dos historias paralelas: por un lado una extraña infección vírica en un resort de lujo y por otro la crisis de personal de un empresario que acaba de perder a dos importantes piezas de su organización sin saber bien por qué.
El libro compara el rumor con un virus que desarrolla una enfermedad muy peligrosa en las organizaciones: la desconfianza.
Disecciona la historia o diagnóstico en varios pasos: la sospecha inicial, la confirmación de la existencia del problema, el virus o rumor, la cadena de contagio, la ruptura de la cadena o eslabones que generan el contagio, el control de la epidemia y la vacuna.
Voy a centrarme en lo que el autor denomina la vacuna, aquellas acciones “diarias” que podemos llevar a cabo para acabar con los rumores.
Conocimiento de las personas
Nos va a permitir encontrar las formas de comunicación más oportunas para conectar con ellas y también nos permitirá descubrir muchos portadores de virus potenciales, personas que pueden desencadenar una epidemia en un momento determinado
Conocimiento de las relaciones interpersonales
Ayudará a identificar quiénes son los grandes catalizadores de relaciones interpersonales, cuáles son las pocas personas que tienen un comportamiento social muy por encima de la media. Aquellos que pueden ser buenos inductores de una buena comunicación o de una gran epidemia.
Conocimiento de los canales de comunicación existentes
Hay que mantener los canales de comunicación abiertos y vigilar que nadie quede fuera. Hemos de formar parte activa para poder canalizar la información que queremos hacer llegar a las personas para detectar los virus antes de los primeros contagios masivos.
Transparencia
Lo que no se dice se suple con la fantasía y alimenta los rumores. Así que no explicar las cosas genera el caldo de cultivo preferido de las infecciones de rumores.
Claridad
La falta de claridad alimenta los rumores hasta el final de la cadena.
Rapidez
Con cadenas de relaciones estables y fuertes, la velocidad de circulación de la información, sobre todo de los rumores, es enorme.
Tener valor
Sin paños calientes, hay que tener valor para dar una mala noticia igual que debemos comunicar también las buenas.
Integridad
La falta de integridad y las críticas son una de las principales fuentes de rumores gratuitos y las responsables de las peores epidemias
El autor a modo de corolario nos recomienda “ser más rápido que los rumores”, “romper las cadenas de contagio” y “luchar contra las fuentes de rumores”
Aunque el análisis está orientado al daño que estos rumores pueden hacer a una organización en general es claramente extrapolable al departamento comercial de una empresa.
La diferencia fundamental, es que si ese virus ha entrado de lleno en el corazón de un departamento comercial quizá sea demasiado tarde y tengamos que volver a empezar de cero porque nos habremos quedado sin vendedores.
PD: Agradezco a Jaime Gaixas que me inoculara el “virus” de la curiosidad por leerme el libro que me ha permitido reflexionar sobre el tema.
Salud y Ventas!!!!!!