domingo, 7 de noviembre de 2010

LIDERAR. EMPRENDER. FORMARSE


Acabo de terminar de leer la entrevista de Juan José Millás en El País a Felipe González.
Hay una parte del artículo donde se reflexiona acerca del liderazgo y las cualidades de un emprendedor mezclándolo con la importancia de la formación, ya que la entrevista fue realizada aprovechando una conferencia sobre emprendeduría y liderazgo que González dio en ESADE
González habla de tres temas que he de reconocer que son obsesivos para mí: Liderazgo, Emprendedores, Formación.
Tres conceptos que van a ir irremediablemente ligados a la supervivencia y salida de la crisis que nos está intentando devorar.
Cualidades necesarias del líder:
-       No puede ser líder quien no tiene capacidad, y/o sensibilidad, para hacerse cargo del estado de ánimo de los otros. Si no te haces cargo del estado de ánimo del otro, el otro no te siente próximo, siente que no lo comprendes y no te acepta como líder,
-       No hay liderazgo si no cambias el estado de ánimo de los demás, de negativo a positivo o de positivo a más positivo, lo que comporta creer de verdad en el proyecto que ofreces, creer de la manera menos mercenaria posible porque te da más fuerza. Y la capacidad de transmitir ese proyecto como un proyecto que enganche a los demás, que comprometa a los demás cambiándoles ese estado de ánimo del que previamente te has hecho cargo. Pero tiene que ser un proyecto que le permita a la gente pensar que, aunque le pidas esfuerzos, ese esfuerzo tiene sentido, y le convence quien se lo pide porque ve que se lo cree. Y se lo cree de manera no mercenaria. Pero uno tiene que creer en lo que está haciendo.
-       La fortaleza emocional. No la inteligencia emocional de la que hablan los americanos, sino la capacidad para mantener la centralidad tanto cuando te va muy bien como cuando te va muy mal. Eso sí que es una característica del liderazgo. Y repito, se entrena. Hay que tener bastante entrenamiento para mantener una fortaleza emocional suficiente como para no dejarse arrastrar por el éxito o el fracaso.
Emprendedores:
-       El verdadero problema de los emprendedores es la empleabilidad, no el empleo. El problema es estar preparado no para defender de forma numantina un puesto de trabajo que se lleva por delante un cambio tecnológico, sino para ocupar otro puesto de trabajo en la organización de la empresa o fuera de ella.
-       Faltan los emprendedores. Incluso cuando hay empresarios, faltan empresarios emprendedores. Falta en el país la cultura emprendedora ligada a la iniciativa con riesgo. Y emprendedor quiere decir emprendedor de la propia vida.
-       Emprendedor no es solo el que hace una empresa, que también, es el que trabaja por cuenta ajena pero es consciente del valor que añade con su conocimiento. Tiene autonomía personal significativa. Construir esa autonomía personal significativa supone que un camarero puede ser perfectamente prescindible o casi imprescindible dependiendo del valor que añada en su trabajo y por tanto de la sustituibilidad de este señor. Lo mismo una persona que cuida la casa. Si tienes a una persona que está cuatro o seis horas contigo y te añade tal valor que cuando se va te hace un agujero que te cuesta trabajo llenar, estás ante un trabajo que añade valor. ¿Será porque no hay otra persona que pueda cubrir teóricamente esas funciones? Sí, pero probablemente no te añade el valor que te añade la otra.

Formación como valor añadido:
-       Educamos para la pasividad. La parte noble de la educación es la transmisión del conocimiento acumulado, y la parte coja de nuestro sistema educativo, o de formación de capital humano, es que no entrenamos a la gente para que sepa qué hacer con ese conocimiento que va adquiriendo, transformándolo en una oferta que añada valor a los demás.
-       Sea cual sea el título que se ostente (básica, formación profesional, superior, doctorados o máster), lo más importante en todo el ciclo de la formación es que uno sepa cómo transformar el conocimiento adquirido en una oferta que añada valor. Da igual para la música que para la ingeniería informática que para la literatura. Si uno no tiene conciencia de cómo transforma su conocimiento en oferta que añade valor, es un titulado demandante que busca a alguien que le dé una oportunidad.
-       Nuestro sistema educativo falla en eso. En nuestra cultura no se premia el mérito o la iniciativa con riesgo y se castiga con crueldad el fracaso.

Innovemos, emprendamos y no dejemos de formarnos en ningún momento.
Así como el atleta cada día entrena, se alimenta y descansa para estar preparado para ganar la carrera nosotros habremos de ser metódicos para alcanzar nuestra meta, dar pasos adelante y marcar el rumbo creyendo en nuestro proyecto.

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